La isla de La Palma se caracteriza por unos grandes contrastes paisajísticos sobre una superficie relativamente pequeña. La circulación de los vientos alisios, la influencia del anticiclón de las Azores, junto a su accidentado relieve, son los grandes moldeadores del clima palmero, dando lugar a una mezcla de ambientes, unos más húmedos, donde predominan brezales y laurisilva y otros más secos donde destacan los pinares.
Existe un inusitado contraste de paisajes naturales, donde frondosos bosques de laurisilva comparten protagonismo con insólitos paisajes de lava, entre otros ecosistemas de apreciable notoriedad. La Palma cuenta con una importante biodiversidad, reflejada en la existencia de abundantes endemismos, paisajes agrarios y naturales complejos y armónicos, singulares formaciones vegetales y un entorno marino de gran riqueza.
Una de las características más importantes de La Palma es la claridad de sus cielos, debido a su situación geográfica, muy próxima al ecuador y lejos de las tormentas tropicales. Ello hace del cielo palmero el lugar perfecto para la observación astronómica, siendo muestra de ello la existencia del Observatorio de Astrofísica del Roque de Los Muchachos, uno de los más importantes a nivel mundial.
• Geología
La isla de La Palma es una de las islas más jóvenes del Archipiélago Canario. La evolución temporal de la actividad volcánica ha condicionado una organización espacial que divide la Isla en dos zonas bien diferenciadas: Zona Norte “Isla Antigua o Paleopalma” y Zona Sur “Isla Nueva o Neopalma”.
En la Zona Norte, la erosión del agua sobre las primitivas formas volcánicas ha dado lugar a una serie de paisajes abruptos, de profundos barrancos y altas montañas, siendo sin duda el más llamativo e impresionante La Caldera de Taburiente, formada por una gran depresión de paredes verticales de hasta 1.500 metros de desnivel y 10 de kilómetros de diámetro.
La zona Sur, la más nueva de la Isla, está constituida principalmente por un eje de conos volcánicos llamado “Cumbre Vieja”, donde predomina un paisaje desértico formado por lava. Fue en esta zona donde tuvo lugar la última erupción en 1971 con el volcán del Teneguía.
• Vegetación
La Palma es comúnmente conocida como la “Isla Bonita” o la “Isla Verde” debido a que reúne una extraordinaria diversidad ecológica y posee una frondosa y variada vegetación.
La flora de la Isla es de especial interés debido al aislamiento geográfico y a su complejo relieve. Sólo La Palma cuenta con un total de 904 especies silvestres, de las cuales más del 20% corresponden a especies exclusivas de las canarias. Los endemismos palmeros son en la actualidad 43 taxones, incluyendo 9 subespecies, así como 6 variedades y 12 híbridos (Santos, 1983).
Así, se encuentran distintos ambientes en función de la altitud, suelo y cantidad de agua disponible.
En la montaña a partir de los 2000 metros de altitud, predomina el matorral de cumbre, donde predominan comunidades arbustivas como el codeso (Adenocarpus viscosus spartioides), y otros endemismos canarios y palmeros como distintas especies de tajinastes (Echium sp.) y la violeta palmera (Viola palmensis).
Por debajo del matorral de cumbre, se encuentran los bosques de pinar muy representativos en La Palma. El pinar cuenta con una formación boscosa muy rica dominada por el pino canario (Pinus canariensis) y plantas de sotobosque como jarales (Cistus sp.), tagasaste (Chamaecytisus proliferus) o corazoncillos (Lotus hillebrandii)
En las áreas húmedas de la Isla (zonas de barlovento), bajo la influencia del mar de nubes provocado por los vientos alisios, se unen las condiciones necesarias para el desarrollo del monteverde formado por los bosques de laurisilva y fayal-brezal. La Laurisilva es la comunidad vegetal más rica de La Palma, dominada por plantas como el Laurel (Laurus novacanariensis), el acebiño (Ilex canariensis) o el viñátigo (Persea indica), entre otros. Por otro lado el fayal-brezal, se encuentra como formación de sustitución de la laurisilva o en las zonas más escarpadas y expuestas al viento de la Isla. Son bosques bajos que no sobrepasan los 5-10 metros de altura, dominados por fayas (Myrica faya) y brezos (Erica arborea). De especial relevancia son los helechos, líquenes y musgos que se pueden encontrar en diversos ambientes, pero en especial en los bosques de Laurisilva.
Por último en las zonas más bajas de la Isla se encuentra el matorral costero formado principalmente por las tabaibas (Euphorbia balsamífera y Euphorbia lamarckii) y el cardón (Euphobia canariensis), aunque también se puede encontrar una buena representación de la retama blanca (Retama rhodorhizoides) o arrebol (Echium brevirame), entre otras.
Hay que añadir que los ecosistemas palmeros son muy vulnerable y frágil, y son muchas las especies amenazadas y protegidas, como es el caso de pico de fuego (Lotus pyranthus) y picocernícalo (Lotus eremiticus) ambas especies consideradas en peligro de extinción.
• Fauna
Debido a la gran variedad de ambientes existentes y al aislamiento al que ha estado sometida, La Palma se caracteriza por la existencia de un gran número de especies animales, muchas de ellas exclusivas, destacando el número de invertebrados: con especies como escarabajos, babosas, caracoles o arañas, entre otras, las cuales ocupan gran parte del territorio palmero, desde la costa hasta cumbre.
Entre los vertebrados sobresalen las aves, con especies como las palomas endémicas de la laurisilva, la “turque” (Columba bollii) y la “rabiche” (Columba junoniae), el canario silvestre (Serinus canarius) y la graja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), esta última constituye el símbolo animal de la Isla y se encuentra principalmente en paredes rocosas de la costa, pero también en montañas más elevadas. Los mamíferos están representados por doce especies, entre las cuales resalta el singular murciélago orejudo canario (Plecotus teneriffae); no obstante, desde el punto de vista evolutivo, adquieren gran importancia los reptiles como el lagarto tizón palmero (Gallotia galloti palmae) y el perenquén (Tarentola delalandii).
La biodiversiad marina en La Palma es muy variada y rica debido a su varida morfología, generado ambientes muy diversos. Además, por su buena posición biogeográfica permite la presencia de especies, tanto de ambientes templados como tropicales, lo que da lugar al desarrollo de un amplio abanico de comunidades marinas permanentes. Cabe destacar que Canarias forma parte de una de las principales rutas migratorias marinas, permitiendo la presencia en determinadas épocas del años de túnidos, cetáceos y tortugas.