Durante la semana pasada tuvo lugar, en la ciudad de Tumbes (Perú), un taller sobre los beneficios de las Reservas de la Biosfera, tanto para productos como servicios, al que acudieron más de setenta actores implicados en la gestión de las Reservas de la Biosfera de “Noroeste Amotapes-Manglares”, Perú, y “Bosque Seco”, Ecuador.

Y aunque el eje central del Taller era establecer una ruta de trabajo conjunta para la creación de una Reserva de la Biosfera transfronteriza, “Bosque de Paz”, también se debatieron las oportunidades que esto ofrecía, siendo una de ellas la promoción de actividades económicas sostenibles que podrían ponerse en valor y diferenciarse a través de una marca propia, y es ahí donde se expuso el trabajo llevado a cabo en la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma a lo largo de estos trece años.

Mojo, vino, sal, miel, etc., fueron presentados destacando todo lo que significa su puesta en el mercado, tanto para nuestra economía local como para nuestros paisajes, nuestro patrimonio cultural, nuestra biodiversidad, etc., en definitiva, para el desarrollo sostenible de la isla, y cómo a través de la marca Reserva Mundial de la Biosfera La Palma se les identifica con el territorio de forma única y diferenciada del resto de marcas existentes en el mercado.

En este Taller también se brindó la oportunidad para que los comités de coordinación de las Reservas de la Biosfera, “Noroeste Amotapes-Manglares” y “Bosque Seco”,  presentaran sus productos agroalimentarios y turísticos. En esta pequeña “feria” una representación de los productos acogidos a la marca Reserva Mundial de la Biosfera la Palma estuvieron presentes, despertando la curiosidad de los asistentes, celebrando el trabajo llevado a cabo y el esfuerzo  y compromiso de las empresas que hay detrás de cada uno de ellos.