- On 23 noviembre, 2020
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Dos décadas de trabajo colaborativo por las personas y la sostenibilidad del territorio.
Carta de Despedida de Antonio Mariano San Blas Álvarez, Director Ejecutivo de la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma (2000-2020).
Cuando el Cabildo de La Palma asume las competencias en materia de medio ambiente, primero mediante delegación 1997-2000 y luego por transferencia, iniciando el nuevo milenio, se encuentra con la obligación legal de gestionar la Reserva de la Biosfera Los Tiles-España, sobre la que recaía una seria amenaza de ser descataloga como tal por la UNESCO.
Así, pues, mis cometidos profesionales, en esos primeros momentos, como Técnico de la Consejería de Medio Ambiente, plaza a la que accedí mediante oposición libre promovida por la Comunidad Autónoma de Canarias y transferida después al Cabildo de La Palma, fue, juntamente con el biólogo de dicha Consejería, articular una serie de medidas tendentes a eliminar la amenaza de descatalogación de esa parte de la Isla (arco noroccidental) como reserva de la biosfera.
Ya, en el año 2002, fui nombrado por la Asamblea General del Consorcio Insular de la Reserva Mundial de la Biosfera Los Tiles como Gerente de la misma, con el firme compromiso personal de cumplir los objetivos de lograr la declaración de toda la Isla como Reserva Mundial de la Biosfera, dotarla de un órgano de gestión participado, funcional y plural, de un equipo humano cualificado y de un Plan de Acción aprobado por la UNESCO.
Aunque mi comienzo en la gestión de esta Reserva de la Biosfera fue en una habitación de la Casa Rosada dotada con una mesa, una silla y un armario, sin ordenador, ni teléfono y mucho menos personal; con el tiempo, a base de planificación, programación, trabajo, trabajo y mucho trabajo constante, se fueron alcanzando todos aquellos objetivos planteados iniciales y muchos otros surgidos por el camino, al tiempo que se iban tejiendo relaciones personales, profesionales e institucionales con entidades y personas expertas que nos brindaban generosa y desinteresadamente conocimiento científico y experiencia profesional contrastada. A todas esas entidades y personas mi más sincero agradecimiento.
Recordar que el programa MaB (Man and Biosphere-Personas y Biosfera) es un programa científico intergubernamental que asocia las ciencias naturales, las ciencias sociales y las humanidades al objeto de mejorar las relaciones de las personas con su entorno, para todo lo cual crea como herramienta de intervención a las reservas de la biosfera. Este programa, promovido por la UNESCO, cumplirá este próximo año 2021 cincuenta años y, por méritos propios, se ha convertido en la más grande referencia mundial del desarrollo sostenible con la declaración de 701 sitios en 124 países.
En el marco estatutario de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera, las reservas de la biosfera fueron concebidas para cumplir tres funciones esenciales: “una función de conservación para proteger los recursos genéticos, las especies, los ecosistemas y los paisajes; una función de desarrollo, a fin de promover un desarrollo económico y humano sostenible; y una función de apoyo logístico, para respaldar y alentar actividades de investigación, de educación, de formación y de observación permanente relacionadas con las actividades de interés local, nacional y mundial encaminadas a la conservación y el desarrollo sostenible ”.
El elemento transversal de las tres funciones se encuentra en el ser humano y su capacidad de relacionarse con el medio en el que interactúa. Siempre ha sido una constante en el desarrollo de los proyectos promovidos desde esta Reserva de la Biosfera, el trabajo directo con las personas del territorio. Su opinión y participación activa ha sido el factor de éxito de los mismos.
La labor desempeñada durante este tiempo no ha sido un camino fácil, partiendo del desconocimiento general sobre el alcance e implicaciones de la declaración de la Isla como Reserva de la Biosfera o de los miedos infundados de la conservación extrema y la imposibilidad de un desarrollo económico adecuado. Ha sido el compromiso, la convicción, la perseverancia, el trabajo en equipo y un esfuerzo por hacer llegar a la sociedad nuestra verdadera naturaleza, lo que ha hecho posible superar los contratiempos que han surgido y poner a esta entidad en el lugar que hoy ocupa.
La transparencia en una gestión adaptativa inclusiva, eficaz y eficiente apoyada en el uso y aplicación de las nuevas tecnologías; la gobernanza participada; la protocolización en los procedimientos; la visión global; el elemento identitario y el sentido de pertenencia a una Red Mundial de Reservas de la Biosfera y la independencia política, han sido siempre exigencias personales en el desarrollo de mis funciones.
Se han superado con éxito, desde que se iniciaron en 2013, las auditorias y evaluaciones realizadas desde el Comité MaB en España, Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con todos los indicadores superados con la mejor nota y la propia UNESCO, en su evaluación decenal realizada por el Consejo Internacional del MaB, ha felicitado y puesto como ejemplo de gestión la realizada por esta Reserva de la Biosfera.
Sin hacer un exhaustivo repaso, reseñar que se han expuesto en foros nacionales e internacionales proyectos con resultados exitosos como el del Programa de Economías de Calidad y Turismo Responsable, la Estrategia de Custodia del Territorio, la Iniciativa Internacional Starlight, el Observatorio de Sostenibilidad, el Plan de Paisajes, los Estudios y Estrategias sobre el Medio Litoral y Marino, o, la creación de una plataforma de mejora de la gestión continua para entidades y empresas en materia de implantación de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre otras acciones, que han valido el otorgamiento de numerosos reconocimientos como son, sólo a modo de ejemplo, los dos Premios Medio Ambiente Canarias o la Medalla de la UNESCO.
Igualmente, se ha configurado un Voluntariado Biosfera atípico, basado en el conocimiento científico-técnico, el saber popular y la experiencia de vida, y, se han propiciado la suscripción de numerosos convenios de colaboración con universidad, centros formativos, colegios profesionales y otras reservas de la biosfera que han permitido desarrollar una amplia red colaborativa con esta Entidad.
Todo ello no hubiera sido posible sin el apoyo de un Equipo Técnico multidisciplinar que ha trabajo, y mucho, con seriedad, rigor, profesionalidad, honestidad, transparencia y absoluto compromiso con los valores y fundamentos del Programa MaB, la Unesco y la figura de las Reservas de la Biosfera. A ellos va mi más sentido agradecimiento y gratitud por su demostrada capacidad de trabajo, esfuerzo y perseverancia, pero, sobre todo, por su sincera amistad.
Ha sido un verdadero honor estar al frente de este Equipo Técnico y presentar esta Reserva de la Biosfera en todos los foros y eventos en los que hemos tenido la oportunidad de participar. No obstante, resta aún dar respuesta a necesidades no atendidas como acercar los salarios de este personal técnico a su equiparable en el Cabildo de La Palma, actualmente un 40% menos, o fijar una aplicación presupuestaria consolidada para actuaciones propias de la Entidad.
Si me permiten, para concluir, les voy a citar a Darwin para explicar cómo esta Reserva de la Biosfera ha sido capaz de adaptarse a los cambios y exigencias de la UNESCO y de la sociedad, siendo quizás uno de los más relevantes la transformación del Consorcio en la Fundación Canaria Reserva Mundial de la Biosfera La Palma, y dice así: “No son los más fuertes de la especie los que sobreviven, ni los más inteligentes. Sobreviven los más flexibles y adaptables a los cambios”, siendo esta flexibilidad y adaptabilidad una de las fortalezas principales de esta Entidad.
Esta capacidad de resiliencia es la que me hace albergar la esperanza de que se mantenga lo logrado y se alcancen nuevas metas, entre las que se encuentran a la vuelta de la esquina la Evaluación Decenal del Comité MaB-España y de la propia UNESCO para las reservas de la biosfera, prevista para la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma para el año 2022, y, el nuevo Plan de Acción para el siguiente período de programación decenal 2023-2032, para el cual recomiendo que se tenga muy presente la cita de Ortega y Gasset, “sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos”.
Con estas palabras finaliza mi vinculación profesional con la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma.
Somos Biosfera.