Aunque Santa Cruz de La Palma es un punto estratégico, para el comercio necesitaba una infraestructura arquitectónica que la amparara y defendiera de los ataques por mar. La ciudad fue saqueada en multitud de ocasiones y se produjeron grandes incendios que arrasaron diversos edificios. Éste fue el motivo por el que se llevaron a cabo varias fortificaciones como la de Santa Catalina.
La fábrica actual es del siglo XVII, reconstruido por el ingeniero Miguel Rosell. Presenta una portada en arco rebajado en el que figuran las armas reales y es el ejemplo más completo que en la actualidad existe de una serie de fortificaciones, hoy desaparecidas, situadas a lo largo de la costa de Santa Cruz de La Palma.
En junio de 1951 fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento.
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Información:
Centro de Iniciativas y Turismo Insular de La Palma
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