Desde pequeña cogía la aguja para dar sus puntadas. Ya con 10-11 años bordaba para las Agencias de Bordado. Su primer sueldo una almohadas y unas rosas que bordó para la Casa de Cojines. A partir de ahí dedicó toda su juventud a bordar para la Casa de los Cojines. Autodidacta desde muy pequeña, fue aprendiendo técnicas de bordado y desarrollando su gusto y su saber hacer, a la par que iba creciendo en experiencia y madurez que se traducía en lo esmerado de sus trabajos.
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Observaciones:
Fue de adulta cuando se apuntó a varios cursos para mejorar su técnica y sus profesoras la animaron para que se presentara a los exámenes para el Carnet de Artesana del Cabildo, siendo una de las primeras bordadoras en obtenerlo. Desde entonces y hasta el día de hoy no ha dejado de plasmar en diferentes tejidos sus conocimientos y destrezas artesanales.
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