Se trata de un roque de gran belleza paisajística, formado por una intensa erosión entre los barrancos del Almendro Amargo y de Rivanceras, dentro del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente. Fue lugar de culto aborigen, por su singular perfil y su altura que ronda el centenar de metros. Sus paredes albergan una interesante flora rupícola, destacando diversas especies de bejeques de los géneros Aeonium, Greenovia y Aichryson, principalmente. Al ser un área prácticamente inaccesible y apartada de los principales senderos, este monumento natural presenta un estado de conservación óptimo, libre por completo de cualquier tipo de uso.
Tipo de Ingreso:
Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos (ENP):
Municipios:
Localización:
Superficie: 0,4 ha